Grandes autores


Son muchos los escritores que han hecho mella en cada uno de nosotros a lo largo de los años. Desde los más vírgenes hasta los más contemporáneos o incluso nuestros coetáneos. 

Por ello hemos seleccionado una página web donde hay diversas listas de autores por países, de los que pensamos que son los más influyentes y reconocidos a lo largo del tiempo, y de aquellos que pese a no haber obtenido un gran reconocimiento han supuesto un antes y un después en la forma de pensar y de escribir de sus sucesores.


Breve selección de poesías

Charles Bukowski
(Siempre nos piden que entendamos)
Siempre nos piden que entendamos

El punto de vista de los otros
Sin importar si es anticuado
Necio
Asqueroso.

A uno le piden

Que entienda
Amablemente
Todos los errores de los otros,
Sus vidas desperdiciadas,
Sobre todo si son de edad avanzada.

Pero su edad es lo único

En lo que nos fijamos.
Han envejecido mal
Porque han vivido sin enfoque
Se han negado a ver .
¿Que no es culpa suya?

Se me pide que oculte

Mi opinión ante ellos
Por miedo a su miedo.

La edad no es un crimen

Pero la vergüenza de una vida
Deliberadamente desperdiciada
Entre tantas vidas
Deliberadamente desperdiciadas
Sí lo es.

Emily Dickinson
(El corazón pide placer primero)

El corazón pide placer primero,

Luego excusa del dolor,
Luego los pequeños detalles
Que matan el dolor.

Luego irse a dormir,
Y luego, si tiene que ser
El deseo de su inquisidor,
El privilegio de morir.

Walt Whitman
(¡Oh, capitán, mi capitán!)
¡Oh capitán, mi capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
Hemos ganado el codiciado premio,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas,
Ya el pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
Mas, ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi capitán en la cubierta
Yace muerto y frío.
¡Oh capitán, mi capitán!
Levántate y escucha las campanas,
Levántate, para ti flamea la bandera,
Para ti suena el clarín,
Para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
Para ti la multitud se agolpa en la playa,
A ti llama la gente del pueblo,
A ti vuelven sus rostros anhelantes,
¡Oh capitán, padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es sólo un sueño: en la cubierta
Yaces muerto y frío.
Mi capitán no responde,
Sus labios están pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
El navío ha anclado sano y salvo;
Nuestro viaje, acabado y concluido,
Del horrible viaje el navío victorioso llega con su trofeo,
¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!
Mas yo, con pasos fúnebres,
Recorreré la cubierta donde mi capitán
Yace muerto y frío.

Federico García Lorca
(Verte desnuda es recordar la tierra)
Verte desnuda es recordar la tierra.
La tierra lisa, limpia de caballos.
La tierra sin un junco, forma pura
Cerrada al porvenir: confín de plata.
Verte desnuda es comprender el ansia
De la lluvia que busca el débil talle,
O la fiebre del mar de inmenso rostro
Sin encontrar la luz de su mejilla.
La sangre sonará por las alcobas
Y vendrá con espadas fulgurantes,
Pero tú no sabrás dónde se ocultan
El corazón de sapo o la violeta.
Tu vientre es una lucha de raíces,
Tus labios son un alba sin contorno.
Bajo las rosas tibias de la cama
Los muertos gimen esperando turno.

Arthur Rimabud
(el mal)
Mientras que los gargajos rojos de la metralla
Silban surcando el cielo azul, día tras día,
Y que, escarlata o verdes, cerca del rey que ríe
Se hunden batallones que el fuego incendia en masa;

Mientras que una locura desenfrenada aplasta
Y convierte en mantillo humeante a mil hombres;
¡Pobres muertos! sumidos en estío, en la yerba,
En tu gozo, Natura, que santa los creaste,

Existe un Dios que ríe en los adamascados
Del altar, al incienso, a los cálices de oro,
Que acunado en Hosannas dulcemente se duerme.

Pero se sobresalta, cuando madres uncidas
A la angustia y que lloran bajo sus cofias negras
Le ofrecen un ochavo envuelto en su pañuelo.

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